martes, 9 de diciembre de 2014

La diferencia entre lo que somos y lo que esperamos ser



¿A quién no le ha ocurrido en el momento en que se ha enamorado de alguien, que ha visto en él o en ella, cualidades de las que el objeto de su amor ha demostrado carecer al paso del tiempo? Eso nos ha pasado a todos y nos seguirá ocurriendo. Es una de las características de este proceso del amor que comienza con la etapa del enamoramiento. Esta fase, la del enamoramiento, se encuentra determinada por un torrente hormonal que invade nuestra capacidad de razonamiento y nos hace sentir como si flotáramos en una nube a varios metros del suelo,de ese suelo donde sí trascurre la realidad. El convencimiento de haber encontrado nuestra alma gemela, alguien maravilloso, digno de toda nuestra admiración, veneración incluso, sentirnos presa de esa sensación vertiginosa de pensar y sentir al mismo tiempo las mismas cosas, las mismas palabras, de empezar el uno una frase y terminarla el otro....Ese desasosiego que nos hace que no podamos comer ni dormir con normalidad, esa ansía por estar con el ser amado compartiendo su presencia,esa felicidad devastadora que nos somete y nos arrastra....

Transcurrido el tiempo pertinente, establecida ya la pareja, caminando un número indeterminado de pasos por ese suelo por el que sí trascurre la realidad, llega el momento en el que vemos claramente que el ser amado no es tan perfecto como nosotros habíamos concebido en el periodo de enamoramiento. Descubrimos rasgos mezquinos en su personalidad,impropios de aquel con quien imaginábamos vivir. ¿Cómo puedo amar a alguien así, tan egoísta, tan celoso, tan vengativo,tan cruel, tan retorcido....tan imperfecto,tan real? Ese es el caballo de batalla de la pareja y de nuestra vida en común con nosotros mismos y con los demás:asumir los defectos del otro sin pensar que por poseerlos, no son,no somos, dignos de nuestro amor. Esta es la primera gran crisis a superar en la pareja: él, ella no es como yo esperaba,entonces.... ¿ya no lo-a quiero? Si le quiero, tengo que quererlo-a cómo es, y todos somos defectuosos de fabrica, no somos perfectos. Luego todos somos dignos de amor tal y como somos....aunque siempre hay límites pero esos ya los establece cada uno.


Los padres también necesitan a sus hijos













Puede que pienses que no te quiero tanto como a tu hermano. Tu hermano aún es pequeño, tiene la piel suave y su mundo todavía gira sólo en torno a nosotros. No te quiero ni más, ni menos. Eso no nos está permitido a las madres, a los padres que debemos querer y queremos, a todos los hijos por igual. Tú eres mi apoyo, como yo he sido y seré el tuyo. No podría vivir sin ti. Tú fuiste el amanecer más luminoso de mi vida. Mayor y distinto a cualquier amor que comienza y acaba por diversas circunstancias. Tú has sido mi razón de ser y de vivir incluso por encima de mí misma. Te he querido y te quiero más que a nadie: sólo cómo una madre y una hija pueden quererse....Igual que más tarde me ocurrió cuando nació tu hermano.....
Siempre se habla del amor y de los cuidados que un hijo necesita de sus padres mientras crece y del amor y de los cuidados que los padres necesitan de sus hijos al envejecer. Pero yo te necesito igual que tú me necesitas mientras te aventuras por los caminos que la vida te brinda. Yo te necesito y no es preciso que sea una vieja decrépita para necesitarte. Yo te necesito porque te amo y el amor es necesario a cualquier edad, en todos los momentos de la vida. Por eso es tan dura la muerte de la madre. La primera y más dura perdida real de amor que tenemos en nuestra vida.
Te quiero mucho mamá
Tu hija
Te quiero mucho hija
Tu madre


martes, 16 de septiembre de 2014

Tan cerca de nosotros mismos


A veces nos encontramos tan cerca de nosotros mismos, que somos incapaces de tener la perspectiva necesaria para vernos cómo somos o para ver qué es lo que nos pasa, qué ocurre en nuestra vida. Nuestro cuerpo nos envía señales:pequeñas molestias nos informan de que algo no anda como debiera. No sabemos expresar, darle voz a nuestro malestar, ni identificar el posible origen del mismo. Estamos demasiado cerca. Tenemos que tomar la suficiente distancia como para poder ver qué está pasando, qué está motivando que nos sintamos así. Pronto o tarde, llega el momento que de cerca o de lejos, vemos claro que un cambio en alguna dirección, se aproxima a nuestra existencia y que es el miedo, la incertidumbre que sentimos ante esta posibilidad, en esta situación de transito, la causante de nuestro malestar. Es el momento de acercarnos a nosotros mismos más que nunca, de reunir fuerzas y coraje, de buscar apoyo, de pedir ayuda, de entender que la vida es cambio y que en ella nada permanece.

Las relaciones son como los troncos de los arboles










Las relaciones son como los troncos de los arboles. Pequeñas muescas en sus troncos los transforman pero no los matan. Pero si una de estas heridas es tan profunda como para alcanzar la savia que nutre la vida del árbol, ya no sólo lo daña si no que además lo va matando poco a poco.

No amamos cómo queremos si no cómo podemos


Estoy leyendo un libro “Seguir sin ti” de Jorge Bucay y Silvia Salinas, que parte de una hipótesis que me parece muy interesante y en la que pocas veces reparamos. La hipótesis es la siguiente: Todos estamos heridos emocionalmente y eso nos hace que amemos no cómo queremos si no cómo podemos. A lo largo de nuestra vida hemos sido heridos por antiguas parejas, por nuestros padres, por nuestros hermanos, por nuestros amigos, por nuestros compañeros de colegio, de instituto, de la universidad, de trabajo, por nuestros profesores, por nuestros vecinos. No siempre se trata de heridas que se hayan realizado conscientemente: nadie conoce la sensibilidad,la fragilidad de su interlocutor. Con todo ese bagaje emocional, con todas esas cicatrices enfrentamos nuestros afectos, lo que nos lleva a comportarnos de formas determinadas que responden a estas heridas. Cada nueva ocasión de mostrar nuestro afecto, un nuevo amor, una nueva amistad, es una ocasión para vivir en la ilusión de que todo va a ser distinto siendo que nosotros seguimos siendo los mismos. Sólo siendo conscientes de esta circunstancia, interrogándonos a cerca de por qué actuamos así y no de otra manera (lo que no significa que siempre vayamos a encontrar una respuesta), nos abre la posibilidad de sanarnos, de curar nuestras heridas y de realmente amar cada vez más cerca, de cómo queremos.

viernes, 5 de septiembre de 2014

Nuestro templo interior

Dentro de cada uno de nosotros, existe un lugar en el que habita la paz y la calma más absoluta, en el que nos es fácil alcanzar la serenidad.. Allí podemos refugiarnos de las prisas, de las preocupaciones,generadas por esta vida acelerada, vertiginosa, que nos exige que cumplamos con unas agendas imposibles, en las que no cabe un espacio de tiempo para dedicarnos a nosotros mismos.
En ese sitio está nuestro lugar sagrado, nuestro refugio, nuestra salvación, nuestro espacio de retiro, de recuperación. Es allí,donde podemos volver a recordar quiénes somos y lo poco que necesitamos para sentirnos bien. Es éste un lugar, donde protegernos de los asaltos del exterior, de los conflictos, de los problemas propios y de los otros, de los obstáculos, de los fracasos, de las frustraciones….De esos sentimientos iracundos, que a veces nos invaden y que en ocasiones alimentamos, hasta que nos paralizan, hasta que nos hacen perder el Norte, haciendo que nos instalemos en la duda, en la insatisfacción, en el tedio. Éste es el sitio apropiado para recuperar fuerzas, para encontrar una visión clara y objetiva de lo que nos acontece: nada es tan terrible,ni tampoco tan maravilloso.
De ahí la importancia de visitarnos de vez en cuando, incluso a diario, para reencontrarnos con nosotros mismos, sentir la grandeza, la riqueza que existe en nuestro templo interior y así evitar perdernos en las nimiedades de la vida de cada día.


La vida en secuencias


Tengo una amiga que un día me dijo, que tenía un hijo de veinte años y que para ella había sido como tener veinte hijos distintos, uno por cada año de la vida de su vástago. Así lo había vivido ella. Me pareció muy interesante su planteamiento y me dio que pensar….
Según este razonamiento, si compartiéramos esta visión, parcial, segmentada, secuencial en todos los ámbitos que forman parte de nuestra existencia, tendríamos veinte hijos en uno,veinte novios, veinte maridos, veinte amigas, veinte trabajos, veinte madres y veinte padres. Y la verdad es que hay algo de cierto en esta afirmación, ya que cualquier situación y persona cambia, se trasforma, a veces levemente, otras de forma ostentosa, aparatosa.
La vida es cambio, ya lo decía Heráclito: ”El sol es nuevo cada día”,”Todo cambia nada es”, y su cita más ilustrativa al respecto,”Nadie se baña dos veces en el mismo río” porque todo cambia en el río y en el que se baña.
En otro orden de cosas, esta perspectiva implica que nuestras posibilidades de interpretar la realidad se multiplican hasta el infinito…..
La vida de mi amiga como cabría esperar es muy rica. Igual que puede ser la de cualquiera que expanda su mente a nuevas concepciones.


jueves, 31 de julio de 2014

Los límites de la perfección











Las expectativas que tenemos puestas hombres y mujeres en el amor y en las relaciones de pareja,son con frecuencia fuente de insatisfacción y frustración. Muchas películas de Disney,muchos besos de amor verdadero, mucha princesa encantada esperando ser rescatada de su torre por su príncipe, sustentan esta concepción, de que el amor y la relación amorosa tiene que ser perfecta, lineal, sin altibajos, con constantes escenas de película en las que no cabe mostrar los defectos y debilidades de los protagonistas de la historia. Mucha perfección Demasiada. Mucha fantasía e irrealidad también. De esta manera,todos esperamos encontrar a nuestro príncipe y a nuestra princesa, pero la verdad es que nadie puede rescatarnos de nosotros mismos y con el tiempo descubrimos que no hay amor más verdadero que el amor real, el que se construye y por el que se lucha, cuando las dudas y las discusiones hacen acto de presencia.
En el amor, igual que en el resto de relaciones, lo que de verdad funciona, es que cada uno de nosotros aunque no seamos príncipes, ni princesas, ni protagonistas de una idílica y feliz película, aceptemos al otro como es y pongamos de nuestra parte todo lo razonablemente necesario, para que la llama del amor no se extinga.


La casa de mis sueños

Ayer cuando llegué a casa, de pronto reparé en que estaba en la casa que siempre había habitado en mi corazón. Fue al observar como las cortinas eran mecidas libremente por una leve brisa, cuando caí en la cuenta de que ese lugar en el que me encontraba, era el sitio con el que llevaba soñando toda mi vida. Sí ese lugar en el que vivo. Lo llevaba imaginando ya hacía mucho tiempo. Una vivienda con ventanas abiertas, con visillos ligeros que ondeaban cuan bandera sin estandarte. Una morada con un ambiente puro, calmo, armonioso que presidía todas sus estancias. La casa de mis sueños estaba vacía, aunque era alegre y tranquila. Era una especie de balneario de la felicidad, un lugar al que uno se retira para disfrutar de la vida. Pero ésta donde vivo, está llena. En ella habitan aquellos a quien más quiero. Sin embargo no cabe duda es ésta. Ésta es la casa de mis sueños. Tal vez no sea exacta en cuanto a proporciones, tal vez la había imaginado más amplia, ubicada en un lugar más idílico.... pero siempre con las ventanas abiertas y las cortinas mecidas levemente por ese insolente viento que las sube y las baja en incesantes olas, que recuerdan la libertad, el movimiento por el que se rige la vida.
Así fue. Fue de repente. Tanto tiempo buscándola y hacía mucho que la había encontrado y no me había dado ni cuenta. A veces andamos tan apresurados que no reparamos en que ya tenemos lo que buscamos, que ya llegamos a donde queríamos y que nuestros sueños poco a poco, se han convertido en realidad.
¿Y tú ya te has dado cuenta de que ya estás donde habías soñado?

miércoles, 23 de julio de 2014

Agradecimientos


Para ir a más, hay que ser consciente de lo que se tiene,de donde se parte. Para ello, nada mejor que comenzar por hacer un inventario de lo que ya es positivo en nuestra vida, para ir haciéndolo crecer y dar gracias por todo lo bueno que de un modo inconsciente atrajimos ya a nuestra vida. Cada mañana al despertar, agradecer todo lo bueno, positivo, toda la felicidad que nos rodea. Nuestra salud, nuestro trabajo, nuestra familia, nuestros amigos, nuestra pareja, nuestras aficiones, que tan buenos ratos nos hacen pasar. Nos hace sentir tan bien, hacer sentir bien a los demás. Dar felicidad hace crecer la propia. Si damos paz, disfrutaremos de ella, si damos alegría, estaremos alegres. Si nosotros estamos bien, equilibraremos la parte del universo que nos rodea. ¡ Podemos contribuir a mucho, sólo haciéndonos cargo de nosotros mismos!¡Sólo se vive una vez y hay que explotarla al máximo! Lo que no hagamos ahora, quedará por hacer. En la vida todo es una continuación: quién vive en paz, muere en paz.

El gozo de ser


Cuando hemos encontrado las respuestas a estas dos preguntas fundamentales ¿quiénes somos? y ¿qué deseamos de esta vida? encaminamos nuestra existencia por el camino de la felicidad. Observando las elecciones que hemos hecho en nuestro pasado y a dónde nos han llevado éstas, podemos prever, a dónde nos llevará una vida guiada por un comportamiento consciente,en el que cada decisión, cada elección, se toma de forma consciente y responsable. Una vida en la que pensamos lo que queremos pensar, liberando a la mente de preocupaciones y de pensamientos negativos. Una vida en la que sentimos lo que queremos sentir, sentimientos que nos hacen sentir bien, alejados de los sentimientos negativos que a veces otros nos contagian. Una vida en la que hacemos las cosas que queremos hacer.Llena de actividades que nos gustan y nos divierten, que nos proporcionan bienestar y satisfacción. Cuando construimos dentro de nosotros una base firme, llena de disciplina, de compromiso, de pensamientos y de sentimientos puros, que nos proporcionan placidez y paz, nuestra vida se torna plácida y el encuentro con las vicisitudes del día a día se convierte en un encuentro neutral, que no tiene consecuencias negativas para nosotros, ya que nosotros así lo hemos decidido. Porque dentro de nosotros hemos construido una fortaleza que se ve en nuestro exterior y que deja de ser vulnerable a un entorno continuamente variable.

Los retos de la vida


Es bueno marcarse objetivos en cada una de las facetas que conforman nuestra vida. Así los días no parecen pasar sin un sentido, sin ton ni son, sin un propósito. Uno se acerca de esta forma, a tener una visión de conjunto de lo que es su vida y de esta manera siempre encontrará, cosas en su vida que puede mejorar y cosas que ya está mejorando. El sentimiento de autosuperación no debe de abandonarnos en este largo camino. Debemos de encontrar la mejor versión de nosotros mismos en cada una de nuestras facetas y ésta es una tarea que no acaba nunca, pero que a cambio llenara nuestra vida de gratos momentos. Alcanzar a conseguir los objetivos que nos marcamos y otros que por añadidura nos traerá la vida, nos colmará de seguridad, satisfacción y paz y nos incentivará a marcarnos otros objetivos, otros caminos, siempre perseverando en el bienestar de una vida sana, apacible, plácida, satisfactoria, gozosa.

La nutrición


La nutrición debemos de entenderla aquí, como algo a realizar a tres niveles:
- Debemos de alimentar nuestro cuerpo con energía positiva que provenga de una dieta sana, de un ejercicio moderado, de un sueño reparador y de desarrollar nuestra existencia en un clima de bienestar emocional.
- Debemos de ocuparnos de alimentar nuestra mente con pensamientos que nos hagan sentir bien, que no nos hagan abandonar un estado permanente de serenidad. Para ello es muy importante el autocontrol mental y la disciplina. Nutrirnos con pensamientos positivos, que generen sentimientos que nos hagan sentir bien, esa es la clave.
-Y finalmente deberíamos de considerar, el alimentar nuestro espíritu. Con lecturas inspiradoras, con momentos de paz, de reflexión, de abstracción del mundo que nos rodea, de desconexión, de desarrollar cualidades, inquietudes, virtudes internas. La quietud, la serenidad, la paz, la tranquilidad interior, la inquebrantable decisión de querer permanecer en ese estado y que nada, ni nadie, nos saque de él.
Puesto que la nutrición es tan importante para nuestro bienestar y por lo tanto para alcanzar estados de felicidad, hay que recalcar que nos enfrentamos a una cuestión de elección, de disciplina y constancia. Cada día debemos de escoger qué comer, qué ejercicio desarrollar, cómo y cuánto dormir, qué pensamientos pensar, qué sentimientos sentir, ante cada situación a la que la vida nos enfrente. Y esta elección, esta disciplina y esta constancia, no acaba nunca. Deberemos de ejercerla hasta el último día de nuestra existencia, si queremos que ésta sea feliz, por supuesto.
Puesto que somos lo que pensamos, debemos de alimentar nuestra mente con pensamientos sanos, positivos, que nos llenen de ilusión, entusiasmo y esperanza. Y puesto que atraemos lo que somos, si ejercemos nuestra libertad y somos responsables del ejercicio de ésta y de las consecuencias derivadas de nuestras decisiones (pensamientos, sentimientos, acciones), cabría considerar, que aquello que nos ocurre y que nosotros de una forma u otra hemos atraído a nuestra vida, hemos deseado, hemos inspirado, es lo mejor que podría ocurrirnos en este momento. Sea lo que sea. Yo en algún momento así lo quise. Fue mi decisión. Es inapelable, es maduro, es responsable y verdadero. Y de igual forma que diseñe mi presente, puedo diseñar mi futuro. Esa es la buena noticia y una fuente inagotable de posibilidades.

Una cierta distancia con el mundo


Permanecer a una cierta distancia del mundo que nos rodea, puede permitirnos hacer florecer nuestra propia luz. ¡Cada uno de nosotros podemos brillar con luz propia! A veces, las preocupaciones, los malestares, las malinterpretaciones, nos alejan de un estado de serenidad que nos es propio. Ya que no podemos cambiar el mundo, al menos que el mundo no nos cambie a nosotros. Las guerras, el hambre,los intereses políticos y económicos, en suma, el desconcierto, la desorientación, que rige el universo que nos rodea, la verdad, no ayuda mucho a conseguir nuestro fin. La conquista de la felicidad, es una lucha de cada uno, individual e intransferible. Nadie más que nosotros es responsable de su consecución. Es una lucha que comienza cada mañana al levantarnos y que acaba finalmente, el día en que abandonamos este mundo. ¿Un poco largo no? No desistir del intento, del esfuerzo continuado tiene su recompensa. Sólo con entusiasmo, disciplina y constancia, podremos disfrutar de una existencia feliz.
Comencemos por el principio. ¿Qué me hace feliz a mí? Para responder a esta pregunta hay que ser muy sincero. Es determinante. Es la piedra angular en base a la cual construiremos el resto de nuestra existencia. Para ello debemos de despojarnos de toda influencia ajena, de toda etiqueta, social,familiar, educativa, cultural... llegar a nuestro yo desnudo y comenzar a conocerlo. ¿Quién soy yo? y ¿Qué deseo de esta vida? son las dos preguntas pilares a partir de las cuales podremos avanzar en alguna dirección. La soledad, el silencio, la reflexión, son buenos aliados en la búsqueda de respuestas. También la paciencia. Igual que el maestro aparece cuando el alumno está preparado, las respuestas a estas preguntas cruciales aparecen, cuando cada persona se halla preparada para actuar en consecuencia. Cuando desaparece el miedo a ser uno mismo, a las supuestas pérdidas que ello puede suponer (¿existe mayor pérdida que hallarse ya perdido?), cuando desaparecen los miedos al rechazo, al fracaso, a la incomprensión, a la exclusión por parte del grupo, a asumir la responsabilidad total, absoluta y definitiva sobre la propia vida, uno ya esta listo para reconocerse, para ver y mostrar quién es y para ejecutar lo que quiere que sea su vida. Uno se halla en disposición de comenzar a dar los primeros pasos,que le conducirán a emprender su propio camino.

Amanece que no es poco



Cada día cuando despertamos, una nueva jornada se abre paso hacia nosotros. Una nueva posibilidad de hallar la felicidad, de realizar nuestros sueños. Somos lo que pensamos y atraemos aquello que somos. Para bien o para mal, aquello en lo que centramos nuestra atención termina siendo determinante para nuestra felicidad. Nuestras creencias a cerca de como debe de ser nuestra vida, encorseta el hecho de que la alegría fluya en la misma. Si pensamos que para ser feliz necesitamos, por ejemplo, tener pareja, difícilmente conseguiremos serlo si no la tenemos. Aunque dispongamos de un buen trabajo, gocemos de excelente salud, tengamos cordiales relaciones con familiares y amigos e incluso disfrutemos de un hogar de ensueño. No debemos de perder de vista, la presión social a la que nos hallamos sometidos a la hora de establecer los criterios y las prioridades que determinan nuestras creencias a cerca de como debe de ser nuestra vida y de cómo alcanzar la felicidad. Y en base a esta reflexión, debemos comprender, que sólo un encuentro profundo con nuestro yo, con nuestros gustos, con las afinidades por esos estereotipos, nos permitirán hacerlos nuestros. Es vital que conozcamos de primera mano qué nos hace felices. No qué hace felices a los demás. ¿Qué es lo que te hace feliz a ti? ¿Qué o cuales actividades estás deseando tener tiempo para poder realizarlas? ¿Cuáles te hacen gozar? ¿Cuáles son un fin en sí mismas? Conocerlas y ser conscientes, de que nuestra vida es un conjunto de facetas, que se complementan y a las que de alguna manera hay que dar una respuesta: trabajo, ocio, salud, familia, amigos, pareja, sueños, aspiraciones, nos hace darnos cuenta, de la importancia que individual y colectivamente tiene cada una de ellas y nos impide poner en manos de una sola, todo el peso de nuestro bienestar.

Mari Paz









El otro día me hablaba una amiga de su marido.
-Y de pronto le dijo al niño: Carlos acuérdate, como te decía Mari Paz, respira antes de hablar, tranquilo. Yo me quedé mirándolo.... Mi marido que nunca recuerda el nombre de nadie, que cuando caminamos por la calle y saludo a alguien me pregunta quién es, que es el despiste personificado, que miedo me da, que un día de éstos, se vaya con otra que se parezca a mí por simple confusión, se acordaba del nombre de Mari Paz.
-¿Y a qué se debía semejante misterio?-le pregunté divertida.
-Pues visualicé a la tal Mari Paz a la que yo también conocí y que había sido la logopeda de mi hijo durante todo un año. Joven, risueña, unos bonitos ojos verdes y unas tetas que se le subían hasta la garganta y que se desparramaban en generosos escotes.
-Jajajajaja- comencé a reírme.
Mi amiga, que sonreía a mi lado, también parecía disfrutar con la situación.
-Seguro que si la tal Mari Paz,hubiera sido una mujer sin ningún atractivo físico, mi marido no habría recordado su nombre y habría dicho algo así como: sí hijo acuérdate, como te decía ese cardo borriquero, respira antes de hablar, tranquilo.
Y es que los hombres son así. Y las mujeres también.

martes, 22 de julio de 2014

Si quieres a alguien




-Una cosa es cierta, si quieres a alguien lo quieres y no hay más.
-Pues yo no lo veo así. A una persona la quieres porque es buena, porque se porta bien contigo, porque es alegre, simpática, divertida....
-Te puede caer bien por todo lo que estás diciendo. Puede despertar tu simpatía....pero quererla...
-No sé a dónde quieres ir a parar.
-Pues que a una persona la quieres porque sí, con sus virtudes y defectos, no porque sea maravillosa y perfecta.
-Ya. Te entiendo. Visto así...

La alegría de vivir y sus efectos


Hacía ya varias semanas, que me resentía de un dolor, una especie de contractura. Como un bocado que apretaba con fuerza los músculos de la parte posterior del muslo. Entre el semitendinoso y el bíceps femoral andaba la cosa. Esto derivó, en que apenas podía moverme sin parecer una especie de anciana prematura,alguien condicionado por sus dolores pretéritos, que no puede desplazar sus caderas y sus piernas con soltura por el espacio. No había manera de que estas molestias desaparecieran,a pesar de la constancia puesta en ejercitarlos, con largos paseos y con mis ejercicios en el agua.
Y todo siguió así hasta ayer (sí hasta ayer), en que me decidí a jugar con mi hijo al waterpolo.
-Venga tía, salta más. Tienes que saltar más.-me increpaba él, mientras yo vigilaba que con tanto salto, mis pechos no abandonasen el precario cobijo que en esos momentos les procuraba mi bañador.
Entre gritos y saltos mi hijo de nuevo me reprochó:
-Y deja ya de mirarte los melones, que no estás en lo que tienes que estar.
Ante este pronunciamiento le reprendí:
-Eso no se dice y menos a una madre.
Él, siempre obediente, no volvió a pronunciar tal palabra y sin perder un ápice de su entusiasmo y entrega, continuó jugando.
-Así!!!!Muy bien!!! Muy mal...Ay!!!! Casi!!!!
De salto en salto, de grito en grito, de ovación en ovación, el entretenimiento se prolongó más de una hora y yo, como él, quedé atrapada en la diversión que el juego súbitamente me brindaba.

Inesperadamente hoy, no siento dolor alguno. Y a pesar de mi indudable contento por mi repentina curación, no puedo evitar ser presa al mismo tiempo de la estupefacción. ¿Cómo es posible? me planteo. ¿Tanto bien me hizo la sesión de waterpolo que compartí ayer con mi hijo? ¿Hasta llegar a ser terapéutica para los males que padecía?¿Será que las cosas vividas sin alegría, sin felicidad, no muestran su eficacia?

martes, 1 de julio de 2014

Lo curioso de los recuerdos



Lo curioso de los recuerdos es que al rememorar una escena determinada de nuestro pasado, cuando eramos niños, adolescentes o acaso adultos, somos capaces de reproducir en nuestra mente, hasta el más mínimo detalle de lo ocurrido en ese instante. El lugar en el que nos encontrábamos:la tenue luz que entraba por la ventana entreabierta, la comodidad de aquel sillón en el que jugábamos haciendo mil piruetas.... Las sensaciones y sentimientos que nos invadían, las circunstancias que nos envolvían y que en ese momento eran tan importantes para nosotros, las personas que nos acompañaban en nuestro camino, qué era lo que tanto nos preocupaba entonces, en qué consistía nuestra existencia en aquel tiempo.... Cuando siendo niños descubrimos, la repentina angustia de la consciencia de uno mismo y de nuestra existencia,la inesperada alegría del juego, los sucesos que con toda probabilidad podrían ocurrir en nuestro futuro... Momentos de felicidad y de tristeza se solapan, amistades y amores rotos, expectativas no cumplidas,proyectos que brotaron de la nada.
De repente, una canción nos trae a la memoria la imagen de una tarde que compartimos con unos amigos y este recuerdo trae a otro consigo, de la mano, de aquella época de nuestra vida o de otra. Así evocamos personas que ya no están en nuestras vidas, porque nuestros caminos se separaron, porque partieron de este mundo.... De esa manera y por un instante,volvemos a vivir en aquel lugar,como si siempre hubiese seguido existiendo, esperando nuestro regreso. Un espacio que probablemente ya no es, tal y como lo vivimos en aquel tiempo. Reaparece en nosotros el sentimiento con el que afrontábamos la vida o que tal vez la vida, provocaba en aquella época en nosotros.
Con la evocación, damos de nuevo vida a realidades pasadas. A lugares, a sentimientos, a pensamientos, a personas, a pequeñas porciones de nuestra existencia. Pequeños tesoros que al final, serán lo único que nos quedarán de tiempos pretéritos. De nuestra infancia, adolescencia, de nuestras amistades y amores, de nuestros trabajos, de todas nuestras experiencias. De nuestros éxitos y fracasos, de nuestros aciertos y errores. De los últimos momentos que pasamos con nuestros seres más queridos: nuestros padres, nuestros familiares más próximos, nuestros amantes y amigos. Nuestros recuerdos son fieles testigos de cómo todo cambia a medida que la vida pasa.

La evocación es, un viaje mágico por las distintas épocas que forman parte de nuestra historia. Un acceso que se produce de forma espontánea o intencionada, a un archivo de secuencias, que nos conmovieron y nos determinaron de alguna manera. Algo que forma parte de nuestro pasado, de nuestra vida y de nosotros mismos. Siempre interpretado, desde la curiosa subjetividad que define nuestra persona. 

Los besos atragantados










Lo que más congoja me produce es saber que nunca verán la luz, los besos que surgen en mí cuando tu imagen viene a mi memoria. Esos besos que quedan atragantados entre mi garganta y mi boca. Quedan allí, atrapados, agazapados, escondidos para siempre. Los besos que te daría y no te doy, los abrazos, las caricias, los encuentros íntimos que nunca tendremos. Mientras, nosotros, enredados en mil marañas de problemas irresolutos, no entendemos que el amor ya está allí, dentro de nosotros, esperando ser consumado en sus mil y una formas: el cariño, la ternura, la necesidad de sentir piel con piel, de ser escuchado y comprendido. Pero nada pasa. Entre nosotros solo existe el silencio. La distancia infinita que separa nuestros cuerpos, nuestros corazones....y esos besos atragantados que cada mañana colonizan mi garganta.

martes, 10 de junio de 2014

Entonces.....la vida era esto


Entonces... la vida era esto
Despertar cada mañana y no encontrar tu consuelo
Estar sin ti, echarte de menos
Entonces...la vida era esto
Amanecer cada jornada con tu recuerdo
Querer volver a verte
y saber que ya nunca más podré hacerlo
Entonces...la vida era esto
Tu imagen dentro de mí,
en mi corazón,
en mi pensamiento,
tus palabras, tus caricias, tu amor incondicional
siempre fresco.
Entonces...la vida era esto
Vivirla sin ti,
añorándote cada día
como si fuera el primero
Entonces...la vida era esto
Pensaba que siempre estarías conmigo
y ahora sé que sólo podrás mirarme desde el cielo.

martes, 3 de junio de 2014

Las apariencias antes de engañar ilusionan


No somos todo lo que aparentamos ser, ni tampoco todo lo que creemos ser. Mostramos a los demás una imagen de nosotros mismos, la más bonita, la más favorecida, exenta de defectos y de sentimientos difusos y encontrados. Además, solemos atribuirnos, unas cualidades de las que en muchas ocasiones carecemos. Nos conocemos tan poco, que pensamos que somos esa proyección inmaculada que exhibimos al exterior o el reflejo de ese ser perfecto y excepcional,que habita en nuestra cabeza. El ser humano es así, contradictorio. Se esconde de si mismo detrás de mil mascaras que él mismo construye, para evitar el dolor de enfrentarse a sí mismo y a sus carencias. Dicho lo cual, no DEJA DE SER MARAVILLOSO. Sólo que hay que saber aceptarlo, aceptarnos cómo somos, con nuestras luces y nuestras sombras.

La diferencia que existe entre la empatía y la simpatía


martes, 27 de mayo de 2014

Contradicciones


Estoy cansada.Cansada de dormir poco, de no hacer deporte, de no saber que hacer con mi escaso tiempo libre.De no planificarme, yo que siempre he sido tan planificadora. De aceptar retos, de dejar pasar el tiempo sin hacer nada, de descansar.De no saber proteger mi sistema nervioso de las artimañas de las financieras. De no cuidarme con todo el cariño y respeto que merezco.De tener todo lo que necesito y deseo,de que siempre haya algo que me ilusione, algo que me guste hacer. De vivir en paz y con esperanza,de ser feliz con pequeñas cosas. De tener salud. De que el tiempo pase y me respete. De tener todavía buen aspecto, un aspecto incluso juvenil. De que la experiencia no haya apagado todas las chispas sino que haya sido capaz de abrir todas las puertas.De habernos encontrado, de disfrutar de tu existencia, de tu presencia, de nuestra relación.

lunes, 26 de mayo de 2014

Lo que haces con lo que tienes, es lo que tienes





A menudo nuestras expectativas en los distintos ámbitos que conforman nuestra vida: sentimental, laboral, social...no coinciden con nuestra realidad."A mí me gustaría..." es un deseo que choca con lo que es. Entonces¿qué hacemos con lo que sí tenemos, con lo que sí somos? Pues lo que hagamos con lo que sí tenemos, con lo que sí somos, es lo que sí tendremos.Lo que haces con lo que tienes es lo que tienes.

La precisión huye de lo innecesario


Siempre he sido amiga de lo concreto, de lo esencial, de lo básico. Siempre me han parecido una pérdida de tiempo las grandes explicaciones, las aclaraciones innecesarias acerca de un hecho, de una idea, de un sentimiento, de una emoción, que de un modo u otro no vienen más que a redundar en lo ya dicho. Es como extender un discurso sobre la base de la nada. Por eso suscribo como propias las palabras: "Lo bueno si breve, dos veces bueno". Pero claro, tiene que ser bueno.

viernes, 23 de mayo de 2014

La confusión ya ha pasado : el cambio llegó a nuestra vida



La confusión ya ha pasado. El cambio ya ha llegado a nuestra vida. Lo que ahora hay en ella ya no es lo que antes había. Pero eso no tiene porque ser necesariamente negativo. Puede que lo que ahora hay en ella sea mejor que lo que antes había. En cualquier caso un abanico de oportunidades que en otro momento no hubiéramos imaginado se presenta ante nosotros. Tomemoslo con calma. Primero saboreemos el maravilloso milagro de amanecer cada mañana, y sepamos ver más allá de lo evidente: entendamos  por qué sucedieron las cosas antes de decidir el siguiente paso a dar.

La confusión precede a los cambios












A veces nos encontramos en un estado de confusión que nubla nuestras percepciones y deja huérfanos de lógica nuestros pensamientos. Suele ocurrir cuando se produce un punto de inflexión en una situación que acontece en nuestra vida y que de alguna manera nos supera. Nos supera porque se ha convertido en una maraña de sentimientos, suposiciones, enfrentamientos entre lo que es y lo que quisiéramos que fuera y a la que no encontramos salida. Ese malestar nos conduce a realizar una transformación: algo debe cambiar, no podemos seguir así, agotando nuestra energía día tras día, buscando soluciones imposibles, no queriendo aceptar la verdad. La verdad es, que después de la tormenta llega la calma, que después de un día de fuerte viento el ambiente luce limpio y transparente, que después de la confusión llega la claridad, la certeza del camino que tenemos que seguir.