jueves, 31 de julio de 2014

Los límites de la perfección











Las expectativas que tenemos puestas hombres y mujeres en el amor y en las relaciones de pareja,son con frecuencia fuente de insatisfacción y frustración. Muchas películas de Disney,muchos besos de amor verdadero, mucha princesa encantada esperando ser rescatada de su torre por su príncipe, sustentan esta concepción, de que el amor y la relación amorosa tiene que ser perfecta, lineal, sin altibajos, con constantes escenas de película en las que no cabe mostrar los defectos y debilidades de los protagonistas de la historia. Mucha perfección Demasiada. Mucha fantasía e irrealidad también. De esta manera,todos esperamos encontrar a nuestro príncipe y a nuestra princesa, pero la verdad es que nadie puede rescatarnos de nosotros mismos y con el tiempo descubrimos que no hay amor más verdadero que el amor real, el que se construye y por el que se lucha, cuando las dudas y las discusiones hacen acto de presencia.
En el amor, igual que en el resto de relaciones, lo que de verdad funciona, es que cada uno de nosotros aunque no seamos príncipes, ni princesas, ni protagonistas de una idílica y feliz película, aceptemos al otro como es y pongamos de nuestra parte todo lo razonablemente necesario, para que la llama del amor no se extinga.


La casa de mis sueños

Ayer cuando llegué a casa, de pronto reparé en que estaba en la casa que siempre había habitado en mi corazón. Fue al observar como las cortinas eran mecidas libremente por una leve brisa, cuando caí en la cuenta de que ese lugar en el que me encontraba, era el sitio con el que llevaba soñando toda mi vida. Sí ese lugar en el que vivo. Lo llevaba imaginando ya hacía mucho tiempo. Una vivienda con ventanas abiertas, con visillos ligeros que ondeaban cuan bandera sin estandarte. Una morada con un ambiente puro, calmo, armonioso que presidía todas sus estancias. La casa de mis sueños estaba vacía, aunque era alegre y tranquila. Era una especie de balneario de la felicidad, un lugar al que uno se retira para disfrutar de la vida. Pero ésta donde vivo, está llena. En ella habitan aquellos a quien más quiero. Sin embargo no cabe duda es ésta. Ésta es la casa de mis sueños. Tal vez no sea exacta en cuanto a proporciones, tal vez la había imaginado más amplia, ubicada en un lugar más idílico.... pero siempre con las ventanas abiertas y las cortinas mecidas levemente por ese insolente viento que las sube y las baja en incesantes olas, que recuerdan la libertad, el movimiento por el que se rige la vida.
Así fue. Fue de repente. Tanto tiempo buscándola y hacía mucho que la había encontrado y no me había dado ni cuenta. A veces andamos tan apresurados que no reparamos en que ya tenemos lo que buscamos, que ya llegamos a donde queríamos y que nuestros sueños poco a poco, se han convertido en realidad.
¿Y tú ya te has dado cuenta de que ya estás donde habías soñado?

miércoles, 23 de julio de 2014

Agradecimientos


Para ir a más, hay que ser consciente de lo que se tiene,de donde se parte. Para ello, nada mejor que comenzar por hacer un inventario de lo que ya es positivo en nuestra vida, para ir haciéndolo crecer y dar gracias por todo lo bueno que de un modo inconsciente atrajimos ya a nuestra vida. Cada mañana al despertar, agradecer todo lo bueno, positivo, toda la felicidad que nos rodea. Nuestra salud, nuestro trabajo, nuestra familia, nuestros amigos, nuestra pareja, nuestras aficiones, que tan buenos ratos nos hacen pasar. Nos hace sentir tan bien, hacer sentir bien a los demás. Dar felicidad hace crecer la propia. Si damos paz, disfrutaremos de ella, si damos alegría, estaremos alegres. Si nosotros estamos bien, equilibraremos la parte del universo que nos rodea. ¡ Podemos contribuir a mucho, sólo haciéndonos cargo de nosotros mismos!¡Sólo se vive una vez y hay que explotarla al máximo! Lo que no hagamos ahora, quedará por hacer. En la vida todo es una continuación: quién vive en paz, muere en paz.

El gozo de ser


Cuando hemos encontrado las respuestas a estas dos preguntas fundamentales ¿quiénes somos? y ¿qué deseamos de esta vida? encaminamos nuestra existencia por el camino de la felicidad. Observando las elecciones que hemos hecho en nuestro pasado y a dónde nos han llevado éstas, podemos prever, a dónde nos llevará una vida guiada por un comportamiento consciente,en el que cada decisión, cada elección, se toma de forma consciente y responsable. Una vida en la que pensamos lo que queremos pensar, liberando a la mente de preocupaciones y de pensamientos negativos. Una vida en la que sentimos lo que queremos sentir, sentimientos que nos hacen sentir bien, alejados de los sentimientos negativos que a veces otros nos contagian. Una vida en la que hacemos las cosas que queremos hacer.Llena de actividades que nos gustan y nos divierten, que nos proporcionan bienestar y satisfacción. Cuando construimos dentro de nosotros una base firme, llena de disciplina, de compromiso, de pensamientos y de sentimientos puros, que nos proporcionan placidez y paz, nuestra vida se torna plácida y el encuentro con las vicisitudes del día a día se convierte en un encuentro neutral, que no tiene consecuencias negativas para nosotros, ya que nosotros así lo hemos decidido. Porque dentro de nosotros hemos construido una fortaleza que se ve en nuestro exterior y que deja de ser vulnerable a un entorno continuamente variable.

Los retos de la vida


Es bueno marcarse objetivos en cada una de las facetas que conforman nuestra vida. Así los días no parecen pasar sin un sentido, sin ton ni son, sin un propósito. Uno se acerca de esta forma, a tener una visión de conjunto de lo que es su vida y de esta manera siempre encontrará, cosas en su vida que puede mejorar y cosas que ya está mejorando. El sentimiento de autosuperación no debe de abandonarnos en este largo camino. Debemos de encontrar la mejor versión de nosotros mismos en cada una de nuestras facetas y ésta es una tarea que no acaba nunca, pero que a cambio llenara nuestra vida de gratos momentos. Alcanzar a conseguir los objetivos que nos marcamos y otros que por añadidura nos traerá la vida, nos colmará de seguridad, satisfacción y paz y nos incentivará a marcarnos otros objetivos, otros caminos, siempre perseverando en el bienestar de una vida sana, apacible, plácida, satisfactoria, gozosa.

La nutrición


La nutrición debemos de entenderla aquí, como algo a realizar a tres niveles:
- Debemos de alimentar nuestro cuerpo con energía positiva que provenga de una dieta sana, de un ejercicio moderado, de un sueño reparador y de desarrollar nuestra existencia en un clima de bienestar emocional.
- Debemos de ocuparnos de alimentar nuestra mente con pensamientos que nos hagan sentir bien, que no nos hagan abandonar un estado permanente de serenidad. Para ello es muy importante el autocontrol mental y la disciplina. Nutrirnos con pensamientos positivos, que generen sentimientos que nos hagan sentir bien, esa es la clave.
-Y finalmente deberíamos de considerar, el alimentar nuestro espíritu. Con lecturas inspiradoras, con momentos de paz, de reflexión, de abstracción del mundo que nos rodea, de desconexión, de desarrollar cualidades, inquietudes, virtudes internas. La quietud, la serenidad, la paz, la tranquilidad interior, la inquebrantable decisión de querer permanecer en ese estado y que nada, ni nadie, nos saque de él.
Puesto que la nutrición es tan importante para nuestro bienestar y por lo tanto para alcanzar estados de felicidad, hay que recalcar que nos enfrentamos a una cuestión de elección, de disciplina y constancia. Cada día debemos de escoger qué comer, qué ejercicio desarrollar, cómo y cuánto dormir, qué pensamientos pensar, qué sentimientos sentir, ante cada situación a la que la vida nos enfrente. Y esta elección, esta disciplina y esta constancia, no acaba nunca. Deberemos de ejercerla hasta el último día de nuestra existencia, si queremos que ésta sea feliz, por supuesto.
Puesto que somos lo que pensamos, debemos de alimentar nuestra mente con pensamientos sanos, positivos, que nos llenen de ilusión, entusiasmo y esperanza. Y puesto que atraemos lo que somos, si ejercemos nuestra libertad y somos responsables del ejercicio de ésta y de las consecuencias derivadas de nuestras decisiones (pensamientos, sentimientos, acciones), cabría considerar, que aquello que nos ocurre y que nosotros de una forma u otra hemos atraído a nuestra vida, hemos deseado, hemos inspirado, es lo mejor que podría ocurrirnos en este momento. Sea lo que sea. Yo en algún momento así lo quise. Fue mi decisión. Es inapelable, es maduro, es responsable y verdadero. Y de igual forma que diseñe mi presente, puedo diseñar mi futuro. Esa es la buena noticia y una fuente inagotable de posibilidades.

Una cierta distancia con el mundo


Permanecer a una cierta distancia del mundo que nos rodea, puede permitirnos hacer florecer nuestra propia luz. ¡Cada uno de nosotros podemos brillar con luz propia! A veces, las preocupaciones, los malestares, las malinterpretaciones, nos alejan de un estado de serenidad que nos es propio. Ya que no podemos cambiar el mundo, al menos que el mundo no nos cambie a nosotros. Las guerras, el hambre,los intereses políticos y económicos, en suma, el desconcierto, la desorientación, que rige el universo que nos rodea, la verdad, no ayuda mucho a conseguir nuestro fin. La conquista de la felicidad, es una lucha de cada uno, individual e intransferible. Nadie más que nosotros es responsable de su consecución. Es una lucha que comienza cada mañana al levantarnos y que acaba finalmente, el día en que abandonamos este mundo. ¿Un poco largo no? No desistir del intento, del esfuerzo continuado tiene su recompensa. Sólo con entusiasmo, disciplina y constancia, podremos disfrutar de una existencia feliz.
Comencemos por el principio. ¿Qué me hace feliz a mí? Para responder a esta pregunta hay que ser muy sincero. Es determinante. Es la piedra angular en base a la cual construiremos el resto de nuestra existencia. Para ello debemos de despojarnos de toda influencia ajena, de toda etiqueta, social,familiar, educativa, cultural... llegar a nuestro yo desnudo y comenzar a conocerlo. ¿Quién soy yo? y ¿Qué deseo de esta vida? son las dos preguntas pilares a partir de las cuales podremos avanzar en alguna dirección. La soledad, el silencio, la reflexión, son buenos aliados en la búsqueda de respuestas. También la paciencia. Igual que el maestro aparece cuando el alumno está preparado, las respuestas a estas preguntas cruciales aparecen, cuando cada persona se halla preparada para actuar en consecuencia. Cuando desaparece el miedo a ser uno mismo, a las supuestas pérdidas que ello puede suponer (¿existe mayor pérdida que hallarse ya perdido?), cuando desaparecen los miedos al rechazo, al fracaso, a la incomprensión, a la exclusión por parte del grupo, a asumir la responsabilidad total, absoluta y definitiva sobre la propia vida, uno ya esta listo para reconocerse, para ver y mostrar quién es y para ejecutar lo que quiere que sea su vida. Uno se halla en disposición de comenzar a dar los primeros pasos,que le conducirán a emprender su propio camino.

Amanece que no es poco



Cada día cuando despertamos, una nueva jornada se abre paso hacia nosotros. Una nueva posibilidad de hallar la felicidad, de realizar nuestros sueños. Somos lo que pensamos y atraemos aquello que somos. Para bien o para mal, aquello en lo que centramos nuestra atención termina siendo determinante para nuestra felicidad. Nuestras creencias a cerca de como debe de ser nuestra vida, encorseta el hecho de que la alegría fluya en la misma. Si pensamos que para ser feliz necesitamos, por ejemplo, tener pareja, difícilmente conseguiremos serlo si no la tenemos. Aunque dispongamos de un buen trabajo, gocemos de excelente salud, tengamos cordiales relaciones con familiares y amigos e incluso disfrutemos de un hogar de ensueño. No debemos de perder de vista, la presión social a la que nos hallamos sometidos a la hora de establecer los criterios y las prioridades que determinan nuestras creencias a cerca de como debe de ser nuestra vida y de cómo alcanzar la felicidad. Y en base a esta reflexión, debemos comprender, que sólo un encuentro profundo con nuestro yo, con nuestros gustos, con las afinidades por esos estereotipos, nos permitirán hacerlos nuestros. Es vital que conozcamos de primera mano qué nos hace felices. No qué hace felices a los demás. ¿Qué es lo que te hace feliz a ti? ¿Qué o cuales actividades estás deseando tener tiempo para poder realizarlas? ¿Cuáles te hacen gozar? ¿Cuáles son un fin en sí mismas? Conocerlas y ser conscientes, de que nuestra vida es un conjunto de facetas, que se complementan y a las que de alguna manera hay que dar una respuesta: trabajo, ocio, salud, familia, amigos, pareja, sueños, aspiraciones, nos hace darnos cuenta, de la importancia que individual y colectivamente tiene cada una de ellas y nos impide poner en manos de una sola, todo el peso de nuestro bienestar.

Mari Paz









El otro día me hablaba una amiga de su marido.
-Y de pronto le dijo al niño: Carlos acuérdate, como te decía Mari Paz, respira antes de hablar, tranquilo. Yo me quedé mirándolo.... Mi marido que nunca recuerda el nombre de nadie, que cuando caminamos por la calle y saludo a alguien me pregunta quién es, que es el despiste personificado, que miedo me da, que un día de éstos, se vaya con otra que se parezca a mí por simple confusión, se acordaba del nombre de Mari Paz.
-¿Y a qué se debía semejante misterio?-le pregunté divertida.
-Pues visualicé a la tal Mari Paz a la que yo también conocí y que había sido la logopeda de mi hijo durante todo un año. Joven, risueña, unos bonitos ojos verdes y unas tetas que se le subían hasta la garganta y que se desparramaban en generosos escotes.
-Jajajajaja- comencé a reírme.
Mi amiga, que sonreía a mi lado, también parecía disfrutar con la situación.
-Seguro que si la tal Mari Paz,hubiera sido una mujer sin ningún atractivo físico, mi marido no habría recordado su nombre y habría dicho algo así como: sí hijo acuérdate, como te decía ese cardo borriquero, respira antes de hablar, tranquilo.
Y es que los hombres son así. Y las mujeres también.

martes, 22 de julio de 2014

Si quieres a alguien




-Una cosa es cierta, si quieres a alguien lo quieres y no hay más.
-Pues yo no lo veo así. A una persona la quieres porque es buena, porque se porta bien contigo, porque es alegre, simpática, divertida....
-Te puede caer bien por todo lo que estás diciendo. Puede despertar tu simpatía....pero quererla...
-No sé a dónde quieres ir a parar.
-Pues que a una persona la quieres porque sí, con sus virtudes y defectos, no porque sea maravillosa y perfecta.
-Ya. Te entiendo. Visto así...

La alegría de vivir y sus efectos


Hacía ya varias semanas, que me resentía de un dolor, una especie de contractura. Como un bocado que apretaba con fuerza los músculos de la parte posterior del muslo. Entre el semitendinoso y el bíceps femoral andaba la cosa. Esto derivó, en que apenas podía moverme sin parecer una especie de anciana prematura,alguien condicionado por sus dolores pretéritos, que no puede desplazar sus caderas y sus piernas con soltura por el espacio. No había manera de que estas molestias desaparecieran,a pesar de la constancia puesta en ejercitarlos, con largos paseos y con mis ejercicios en el agua.
Y todo siguió así hasta ayer (sí hasta ayer), en que me decidí a jugar con mi hijo al waterpolo.
-Venga tía, salta más. Tienes que saltar más.-me increpaba él, mientras yo vigilaba que con tanto salto, mis pechos no abandonasen el precario cobijo que en esos momentos les procuraba mi bañador.
Entre gritos y saltos mi hijo de nuevo me reprochó:
-Y deja ya de mirarte los melones, que no estás en lo que tienes que estar.
Ante este pronunciamiento le reprendí:
-Eso no se dice y menos a una madre.
Él, siempre obediente, no volvió a pronunciar tal palabra y sin perder un ápice de su entusiasmo y entrega, continuó jugando.
-Así!!!!Muy bien!!! Muy mal...Ay!!!! Casi!!!!
De salto en salto, de grito en grito, de ovación en ovación, el entretenimiento se prolongó más de una hora y yo, como él, quedé atrapada en la diversión que el juego súbitamente me brindaba.

Inesperadamente hoy, no siento dolor alguno. Y a pesar de mi indudable contento por mi repentina curación, no puedo evitar ser presa al mismo tiempo de la estupefacción. ¿Cómo es posible? me planteo. ¿Tanto bien me hizo la sesión de waterpolo que compartí ayer con mi hijo? ¿Hasta llegar a ser terapéutica para los males que padecía?¿Será que las cosas vividas sin alegría, sin felicidad, no muestran su eficacia?

martes, 1 de julio de 2014

Lo curioso de los recuerdos



Lo curioso de los recuerdos es que al rememorar una escena determinada de nuestro pasado, cuando eramos niños, adolescentes o acaso adultos, somos capaces de reproducir en nuestra mente, hasta el más mínimo detalle de lo ocurrido en ese instante. El lugar en el que nos encontrábamos:la tenue luz que entraba por la ventana entreabierta, la comodidad de aquel sillón en el que jugábamos haciendo mil piruetas.... Las sensaciones y sentimientos que nos invadían, las circunstancias que nos envolvían y que en ese momento eran tan importantes para nosotros, las personas que nos acompañaban en nuestro camino, qué era lo que tanto nos preocupaba entonces, en qué consistía nuestra existencia en aquel tiempo.... Cuando siendo niños descubrimos, la repentina angustia de la consciencia de uno mismo y de nuestra existencia,la inesperada alegría del juego, los sucesos que con toda probabilidad podrían ocurrir en nuestro futuro... Momentos de felicidad y de tristeza se solapan, amistades y amores rotos, expectativas no cumplidas,proyectos que brotaron de la nada.
De repente, una canción nos trae a la memoria la imagen de una tarde que compartimos con unos amigos y este recuerdo trae a otro consigo, de la mano, de aquella época de nuestra vida o de otra. Así evocamos personas que ya no están en nuestras vidas, porque nuestros caminos se separaron, porque partieron de este mundo.... De esa manera y por un instante,volvemos a vivir en aquel lugar,como si siempre hubiese seguido existiendo, esperando nuestro regreso. Un espacio que probablemente ya no es, tal y como lo vivimos en aquel tiempo. Reaparece en nosotros el sentimiento con el que afrontábamos la vida o que tal vez la vida, provocaba en aquella época en nosotros.
Con la evocación, damos de nuevo vida a realidades pasadas. A lugares, a sentimientos, a pensamientos, a personas, a pequeñas porciones de nuestra existencia. Pequeños tesoros que al final, serán lo único que nos quedarán de tiempos pretéritos. De nuestra infancia, adolescencia, de nuestras amistades y amores, de nuestros trabajos, de todas nuestras experiencias. De nuestros éxitos y fracasos, de nuestros aciertos y errores. De los últimos momentos que pasamos con nuestros seres más queridos: nuestros padres, nuestros familiares más próximos, nuestros amantes y amigos. Nuestros recuerdos son fieles testigos de cómo todo cambia a medida que la vida pasa.

La evocación es, un viaje mágico por las distintas épocas que forman parte de nuestra historia. Un acceso que se produce de forma espontánea o intencionada, a un archivo de secuencias, que nos conmovieron y nos determinaron de alguna manera. Algo que forma parte de nuestro pasado, de nuestra vida y de nosotros mismos. Siempre interpretado, desde la curiosa subjetividad que define nuestra persona. 

Los besos atragantados










Lo que más congoja me produce es saber que nunca verán la luz, los besos que surgen en mí cuando tu imagen viene a mi memoria. Esos besos que quedan atragantados entre mi garganta y mi boca. Quedan allí, atrapados, agazapados, escondidos para siempre. Los besos que te daría y no te doy, los abrazos, las caricias, los encuentros íntimos que nunca tendremos. Mientras, nosotros, enredados en mil marañas de problemas irresolutos, no entendemos que el amor ya está allí, dentro de nosotros, esperando ser consumado en sus mil y una formas: el cariño, la ternura, la necesidad de sentir piel con piel, de ser escuchado y comprendido. Pero nada pasa. Entre nosotros solo existe el silencio. La distancia infinita que separa nuestros cuerpos, nuestros corazones....y esos besos atragantados que cada mañana colonizan mi garganta.