miércoles, 23 de julio de 2014

La nutrición


La nutrición debemos de entenderla aquí, como algo a realizar a tres niveles:
- Debemos de alimentar nuestro cuerpo con energía positiva que provenga de una dieta sana, de un ejercicio moderado, de un sueño reparador y de desarrollar nuestra existencia en un clima de bienestar emocional.
- Debemos de ocuparnos de alimentar nuestra mente con pensamientos que nos hagan sentir bien, que no nos hagan abandonar un estado permanente de serenidad. Para ello es muy importante el autocontrol mental y la disciplina. Nutrirnos con pensamientos positivos, que generen sentimientos que nos hagan sentir bien, esa es la clave.
-Y finalmente deberíamos de considerar, el alimentar nuestro espíritu. Con lecturas inspiradoras, con momentos de paz, de reflexión, de abstracción del mundo que nos rodea, de desconexión, de desarrollar cualidades, inquietudes, virtudes internas. La quietud, la serenidad, la paz, la tranquilidad interior, la inquebrantable decisión de querer permanecer en ese estado y que nada, ni nadie, nos saque de él.
Puesto que la nutrición es tan importante para nuestro bienestar y por lo tanto para alcanzar estados de felicidad, hay que recalcar que nos enfrentamos a una cuestión de elección, de disciplina y constancia. Cada día debemos de escoger qué comer, qué ejercicio desarrollar, cómo y cuánto dormir, qué pensamientos pensar, qué sentimientos sentir, ante cada situación a la que la vida nos enfrente. Y esta elección, esta disciplina y esta constancia, no acaba nunca. Deberemos de ejercerla hasta el último día de nuestra existencia, si queremos que ésta sea feliz, por supuesto.
Puesto que somos lo que pensamos, debemos de alimentar nuestra mente con pensamientos sanos, positivos, que nos llenen de ilusión, entusiasmo y esperanza. Y puesto que atraemos lo que somos, si ejercemos nuestra libertad y somos responsables del ejercicio de ésta y de las consecuencias derivadas de nuestras decisiones (pensamientos, sentimientos, acciones), cabría considerar, que aquello que nos ocurre y que nosotros de una forma u otra hemos atraído a nuestra vida, hemos deseado, hemos inspirado, es lo mejor que podría ocurrirnos en este momento. Sea lo que sea. Yo en algún momento así lo quise. Fue mi decisión. Es inapelable, es maduro, es responsable y verdadero. Y de igual forma que diseñe mi presente, puedo diseñar mi futuro. Esa es la buena noticia y una fuente inagotable de posibilidades.

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