miércoles, 23 de julio de 2014

Una cierta distancia con el mundo


Permanecer a una cierta distancia del mundo que nos rodea, puede permitirnos hacer florecer nuestra propia luz. ¡Cada uno de nosotros podemos brillar con luz propia! A veces, las preocupaciones, los malestares, las malinterpretaciones, nos alejan de un estado de serenidad que nos es propio. Ya que no podemos cambiar el mundo, al menos que el mundo no nos cambie a nosotros. Las guerras, el hambre,los intereses políticos y económicos, en suma, el desconcierto, la desorientación, que rige el universo que nos rodea, la verdad, no ayuda mucho a conseguir nuestro fin. La conquista de la felicidad, es una lucha de cada uno, individual e intransferible. Nadie más que nosotros es responsable de su consecución. Es una lucha que comienza cada mañana al levantarnos y que acaba finalmente, el día en que abandonamos este mundo. ¿Un poco largo no? No desistir del intento, del esfuerzo continuado tiene su recompensa. Sólo con entusiasmo, disciplina y constancia, podremos disfrutar de una existencia feliz.
Comencemos por el principio. ¿Qué me hace feliz a mí? Para responder a esta pregunta hay que ser muy sincero. Es determinante. Es la piedra angular en base a la cual construiremos el resto de nuestra existencia. Para ello debemos de despojarnos de toda influencia ajena, de toda etiqueta, social,familiar, educativa, cultural... llegar a nuestro yo desnudo y comenzar a conocerlo. ¿Quién soy yo? y ¿Qué deseo de esta vida? son las dos preguntas pilares a partir de las cuales podremos avanzar en alguna dirección. La soledad, el silencio, la reflexión, son buenos aliados en la búsqueda de respuestas. También la paciencia. Igual que el maestro aparece cuando el alumno está preparado, las respuestas a estas preguntas cruciales aparecen, cuando cada persona se halla preparada para actuar en consecuencia. Cuando desaparece el miedo a ser uno mismo, a las supuestas pérdidas que ello puede suponer (¿existe mayor pérdida que hallarse ya perdido?), cuando desaparecen los miedos al rechazo, al fracaso, a la incomprensión, a la exclusión por parte del grupo, a asumir la responsabilidad total, absoluta y definitiva sobre la propia vida, uno ya esta listo para reconocerse, para ver y mostrar quién es y para ejecutar lo que quiere que sea su vida. Uno se halla en disposición de comenzar a dar los primeros pasos,que le conducirán a emprender su propio camino.

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