miércoles, 13 de mayo de 2020

La vida es todavía

Grupo de amigos adultos abrazándose y caminando por la carretera ...

Su reloj se paró sin previo aviso, cuando tenía cincuenta y cinco años de edad, en medio de una vida llena de acción y emprendimientos. Fue mi amigo durante cuarenta años. Y este es el legado que dejó en mi vida.
A pesar de estar muy ocupado con su trabajo, siempre estuvo en los momentos cruciales de mi vida, siempre tuvo tiempo para mí.
Me dio buenos consejos y me hizo ver que la vida es cómo es y mejor aceptarla que resistirse a ella.
Algunas de las lecciones que me dejó son éstas:
-Los amigos de verdad sobran los dedos de una mano para contarlos. Los demás son conocidos, compañeros de trabajo...
-Hay que disfrutar de cada una de las facetas de nuestra vida: tener tiempo para viajar con tu mejor amigo, con tu hermano y no reducir tu vida a trabajo y familia y/o pareja e hijos.
-Si podemos hacer felices a los que queremos es bueno hacerlo y disfrutar de esta manera de esa felicidad (sean familiares, amigos, pareja, hijos, e incluso ex pareja).
-No hay que descuidar el ocio. Todas las semanas es bueno salir con amigos y conocidos. La vida se trata de disfrutar.
-Hay que cuidar las relaciones que nos importan: él comía o cenaba todas las semanas con sus hermanos.
-No somos mejores si solo invertimos nuestro tiempo en nuestras obligaciones. Haz lo que te guste hacer y disfruta de ello.
-No renuncies a tus sueños, no los postergues, no los aplaces para un día que tal vez nunca llegue.
-Es saludable incluir el ejercicio en tu rutina diaria.
-Cuanto más amor das, más recibes.
-Es honesto velar por la felicidad de los que en algún momento de verdad has querido.
-Puedes hacer mucho y por muchas personas de una forma sutil y no ostentosa.
Parecía que de algún modo intuía que su vida no iba a ser muy larga, ya que todo esto lo aprendió rápidamente y gozó de la vida en todas sus formas: relaciones familiares, de amistad, de amor, romances, viajes, deportes, retos laborales...¿Hasta dónde soy capaz de llegar? parecía su lema.
Su ambición más que ambición era un desafío, porque no solo quería saber a dónde podía llegar laboralmente, también su ambición era disfrutar de la vida en todos sus ámbitos.
Observaba y evaluaba, velaba por los demás, planeaba, reflexionaba antes de actuar y nunca hablaba por hablar. Sus palabras nunca eran azarosas, siempre tenía claro el mensaje que quería transmitir.
Se alegraba de los éxitos de los demás, celebraba su felicidad y los disfrutaba como propios.
Tuvo una vida plena y feliz.
Aprendió a vivir rápido y pronto, tal vez por eso la parca consideró que ya había sembrado suficiente amor y concordia en esta vida y se lo llevó, para que los que aquí quedamos, recogiéramos los frutos de su sabiduría, bondad y buen hacer.
Como me dijo una vez un hombre sabio al que también quiero mucho, el amor y la muerte llegan sin avisar.
D.E.P.