viernes, 15 de diciembre de 2023

La historia de mi vida


 
















De repente se me ocurre que no estoy tan lejos de aquella niña que se disfrazaba y vivía sus propias historias fruto de su imaginación desbordante en el jardín de la casa de sus padres y que hacía que las piedras cobrasen vida y fueran personajes o mascotas que formaran parte del relato que representaba en aquel momento.

Me da la sensación de que de nuevo estoy recreando mi propia historia, la estoy viviendo, estoy conectando de nuevo con quien era entonces. Disfrazada esta vez de una adulta que cumple con sus obligaciones laborales, como madre, que se lo toma todo tal vez demasiado en serio y que no se da cuenta de que simplemente va disfrazada y que solamente continúa jugando.

Quizás tenga que aprender a darme cuenta, posiblemente tenga que recordar que todo es un juego en esta vida, que todo lo que realizamos es la representación de una función. Interpretamos un papel que nos han asignado o que nosotros mismos elegimos en la obra de nuestra vida, en nuestra pequeña obra, en nuestro pequeño teatro con los personajes más cercanos: el de villana, el de triunfadora, el de luchadora, el de emprendedora, el de bella, el de gentil, el de deprimida, el de loca, para finalmente simplemente transitar por esta vida y aprender lo necesario para transitar por la siguiente y así una y otra vez, una y otra vez.

Nada ha cambiado en realidad. Sigo disfrazada jugando, dando vida a mi propia historia y dando vida a todas aquellas cosas que creo forman parte de mi realidad, adjudicándoles los papeles en la función que considero oportuno para mi deleite y disfrute, en el pequeño teatro de la historia de mi vida.