lunes, 30 de agosto de 2021

Las buenas palabras

 











No deberíamos hablar si no es para decir cosas hermosas sobre la vida y sobre los demás. Decir buenas palabras. La realidad se construye con las palabras con las que se describe: qué ocurre fuera y dentro de nosotros, cómo expresamos la alegría, la tristeza, la ira, la frustración, el enojo. Soltar todo dolor, todo rencor. El pasado no se puede cambiar. Aprendamos de él. Guardemos los buenos recuerdos en nuestra memoria. Lo que si que podemos hacer es un presente y un futuro mejor, para nosotros mismos y para los que nos rodean. Y eso tiene todo el sentido y eso merece la pena. No volver a mirar atrás. La vida es un camino que solo tiene una única dirección y esa dirección es hacia adelante.



jueves, 26 de agosto de 2021

Algunos hombres buenos



 









Últimamente la vida me presenta hombres con rasgos de personalidad que no quiero en mi existencia. Hombres irresponsables de sus actos y de su vida, hombres que mienten a las mujeres para así obtener lo que quieren de ellas, hombres que maltratan y humillan, que menosprecian todo lo que una mujer hace por sus hijos, que hace por sí misma, que la cosifican y la quieren sumisa, sin ideas propias, sin voz, ni voto en su propia vida. Tal vez la vida me presenta a estos hombres para que sepa que es lo que no quiero y esté atenta y al detectar cualquiera de estos rasgos suene en mi cabeza una voz de alarma: ¡¡¡ este ni loca!!!

Y cuando por fin me presente al adecuado, al correcto, me dé cuenta de que carece de todos estos atributos indeseables. La vida es sabia y por eso siempre nos da las lecciones que necesitamos. Nos recuerda lo que no queremos, lo que no nos conviene, para que apreciemos la felicidad que supone el mero hecho de que personas así no existan en nuestra vida.

Porque como me dijo mi tía Amparo cuando me separé de mi última pareja :

-Tú aún eres joven ¿Y sabes? No todos los hombres son iguales.

Y es verdad. Aún quedan algunos hombres buenos.

domingo, 8 de agosto de 2021

Un instante mágico















De repente me encontré disfrutando de un instante mágico. Un instante lleno de paz y de quietud después de una semana agotadora. Me gustaba contemplar como las cortinas del salón se movían con la benévola brisa marina en medio del silencio de la noche. Solo una lámpara alumbraba el extraordinario y magnífico momento. Un momento lleno de paz y de un cierto regocijo. Un placer simple, íntimo, cotidiano que esa noche era capaz de valorar en toda su plenitud. Un bonito momento para recordar. La fresca brisa marina agitando con dulzura las cortinas del salón.

Porque solos o en compañía, siempre somos nosotros los que disfrutamos de las cosas. La brisa en la cara, el momento de calma... La vida entera.


Reconstrucción

 











Cuando el dolor acabe, cuando ya nada de lo sucedido pueda afectarte, recuperate a ti mismo y amate. Amate mucho. Como nunca nadie lo hizo antes. Tal vez solo tus padres. Cuando hayas reconstruido la estructura que sujetaba tu cuerpo, tu alma, tu espíritu, tu dignidad, tu autoestima, tu autoconfianza, disfruta y atrévete. Pero sé tú quién ponga reglas a la vida. No dañar, no jugar, no más tiempo perdido. Cuando por fin hayas perdido y asumido las consecuencias, por fin habrás ganado.

Cuando no te duela, porque la vida hace daño, las relaciones hacen daño, los acontecimientos hacen daño. El fracaso duele, el triunfo duele, porque como puede suceder como todo lo que acontece, tiene un impacto en ti y en las personas que te rodean y puede por terminar alejándote de ellas.