sábado, 30 de enero de 2021

Las relaciones son un espejo

La mayoría de los mortales tratamos de descubrirnos, de conocernos, a través de la mirada del otro. Es por eso que cada relación nos dice algo de nosotros mismos. El fin último de la existencia es el autoconocimiento de uno mismo y buscamos encontrar ese conocimiento a través de lo que las relaciones que tenemos y lo que ellas nos muestran de nosotros mismos. Los demás actúan como espejos devolviéndonos a veces una imagen distorsionada de cómo somos en realidad. Es por ello que solo con el tiempo y volviendo la mirada a nuestro interior, vamos haciéndonos una idea de quiénes somos en realidad.

La vida es hermosa

Sin embargo, la vida es hermosa, es dulce, cuando se le mira despacio: el cielo azul, las nubes que pasan, escuchar el trinar de los pájaros al atardecer. Lo que pasa es que la mayoría del tiempo caminamos apurados, desorientados, sin saber en realidad a dónde queremos ir.


viernes, 29 de enero de 2021

NO DEPENDO DE NADA, NI DE NADIE

 


El camino a la liberación y a la paz contigo mismo

Esta es la nueva filosofía que guía mi vida en este momento y que se estaba gestando en mí, a raíz de sentir que necesitaba un cambio en mi vida, ya que mis hijos han crecido y ya no me necesitan como antes, puedo dirigir mi atención y mi energía en satisfacer mis propias necesidades, postergadas a un segundo término hasta el momento.

Entendí que debía de empezar a amar a mis hijos desde el desapego: ellos son los protagonistas de su vida y yo de la mía.

Esa idea empezó a hacerse un lugar en mi cabeza pero no alcanzaba a entender como traducirla en acciones, como materializarla y el alcance que podían tener las mismas.

El incidente que sufrí en el viaje para ver un matrimonio amigo hizo que todas las ideas que tenía al respecto tomaran forma.

Amar desde el desapego, aceptando a cada persona como es, pero no sufriéndola, padeciéndola, cuando de una forma u otra, esa persona claramente quiere dañarnos y es cruel en su comportamiento y palabras hacia nosotros.

Relacionarnos con los demás, sin demasiadas expectativas y sin tener una necesidad acuciante de cada persona con la que creamos un vínculo.

Esta conducta trae calma y serenidad a la mente y al corazón y favorece el establecimiento de relaciones sanas y ricas.

Adoptar una actitud de desapego en la resolución de los conflictos y los problemas que surgen día a día, significa actuar en la búsqueda y ejecución de la solución del problema, pero sin urgencias, sin ansiedades, dando pequeños o grandes pasos, pero siendo conscientes que en cualquier conflicto están involucradas varias partes de forma directa o indirecta, así como determinado por varias circunstancias que escapan a nuestro control.

De esta forma el proceso que lleva a la solución va haciendo camino y nosotros nos sentimos en paz sabiendo que hemos hecho lo que hemos podido, lo suficiente, lo apropiado.

El fin último de la existencia es vivir en paz y abordar las distintas facetas de la vida, de forma que esta paz no se vea alterada.

También es beneficioso empoderarse y darnos cuenta de que no necesitamos a nadie para realizar varias actividades de nuestra vida: como viajar o disfrutar de las cosas que nos gustan.

No depender de nada, ni de nadie, implica aceptar que la mayoría de las personas que nos cruzamos en nuestro camino de un modo u otro con el tiempo dejarán de acompañarnos. Y vivir con desapego las emociones que en un determinado momento puedan invadirnos: el enfado, la impotencia, la tristeza, que nos generan situaciones que escapan a nuestro control y que siguen el ciclo de la vida para nuestro crecimiento. Ocurren desencuentros con personas a las que queremos, se dan evoluciones distintas... Hay personas a las que no vimos cómo realmente eran y de repente se muestran cómo son. 

Existen mil factores, mil situaciones que acontecen en nuestra vida  y que no tienen vuelta atrás. Hay que sacarles el lado positivo, la enseñanza. Avanzamos por la vida y ese avance supone cambio. ¡Eureka! Estamos vivos.

domingo, 24 de enero de 2021

Nuestra paz




















Muchas veces dejamos nuestra paz en las manos de los demás: atendiendo sus exigencias, intentando satisfacer sus demandas. De esa forma agotamos nuestra energía y nuestro tiempo en metas y deseos que son de otros, lo que a la larga termina por generar cansancio, desilusión, frustración, al no vernos correspondidos y perdiendo los espacios y los tiempos para encontrarnos con nosotros mismos y darle forma a nuestros deseos, a nuestras metas.


El desamor


 

 




 

 


 

Cuando el desamor llegue y te despoje de todo, de tu vida, de tu alegría, de tus ilusiones, recuerda que fuiste tú libremente quien lo entregaste todo sin esperar nada a cambio. Cuando tengas que proseguir tu camino desnudo y en soledad, recuerda que tú entregaste tus ropas y hasta tu amor propio a esa persona que ahora ya no te quiere. Porque tras dárselo todo le pareció pobre, insuficiente, se sentía insatisfecha ante tanta entrega y tanto amor. Recuerda que fuiste tú y no el otro el que se lo dio todo a la persona equivocada, a la persona incapaz de apreciar el tesoro que tenía entre sus manos y continúa cultivando tus bondades y tu amor por ti mismo y no permitas que porque alguien te falló, porque tú te equivocaras de persona, no olvides que hay más peces en el mar, más personas, más situaciones, que la vida pondrá en tu camino para darte otras oportunidades para encontrar la felicidad. Qué así sea.

sábado, 23 de enero de 2021

El gran descubrimiento


De repente me di cuenta, de que las cosas que solo dependían de mí no debían agobiarme. Se terminó la urgencia. Se acabó la ansiedad. Nadie más que yo puede meterme prisa por decidir. ¿Decidir qué ? Hasta que no esté totalmente seguro-segura no tengo porque decidir sobre cualquier cuestión. Esa es la gran verdad que todo viene a aliviarlo. Solo existe mi seguridad y confianza en las cosas que yo libremente decido y creo. A su tiempo. Al mío. No al de otros. Y ahí acaba toda presión. Todo daño. La indecisión puede ser infinita igual que la vida. Nada ni nadie merece nuestra paz. Y tenemos que aprender a no ponerla en manos de nadie.