lunes, 26 de mayo de 2014

La precisión huye de lo innecesario


Siempre he sido amiga de lo concreto, de lo esencial, de lo básico. Siempre me han parecido una pérdida de tiempo las grandes explicaciones, las aclaraciones innecesarias acerca de un hecho, de una idea, de un sentimiento, de una emoción, que de un modo u otro no vienen más que a redundar en lo ya dicho. Es como extender un discurso sobre la base de la nada. Por eso suscribo como propias las palabras: "Lo bueno si breve, dos veces bueno". Pero claro, tiene que ser bueno.

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