El otoño es muy semejante
a la primavera. Es un cambio de estación, del calor al frío y la primavera es
del frío al calor (en el hemisferio Norte). Pero la temperatura es muy parecida, la brisa también. Ese contraste de temperaturas afecta a nuestro
organismo de igual manera, altera nuestros ciclos de sueño, nuestro humor,
estamos más irritables, aparecen alergias…Las épocas de transito siempre tienen
puntos en común, porque consisten en recorrer nuevos caminos, que van de un
punto a otro, y en el trayecto, hay un gradiente de acciones que se distinguen
y que van de una a otra polaridad: de temperatura, de duración del día… Al
cuerpo le cuesta un esfuerzo el acostumbrarse, el aclimatarse a esos cambios y
detrás del cuerpo va el alma, va la mente, va el corazón, el bienestar, la paz
interior de cada uno. Entonces así entendemos, que el transito que bien tenemos
que hacer, porque la naturaleza o las circunstancias así nos lo imponen o
porque es un camino que nosotros queremos emprender por el motivo que sea, implica
que nos tenemos que ir aclimatando, acostumbrando a las nuevas realidades y
escenarios que aparecen y que se van consolidando a medida que pasa el tiempo.
martes, 19 de noviembre de 2024
Los cambios
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