viernes, 20 de marzo de 2015

Somos tan distintos


¡Somos tan distintos! Por más que traten de homogeneizar nuestras características sociales, culturales y personales, nuestros anhelos y nuestros miedos... ¡Cada persona es un mundo! Intentan clasificarnos, tipificarnos, como si fuéramos reses pertenecientes al mismo rebaño: los casados llevan alianza, los solteros no la llevan. Si tienes pareja has triunfado en el amor, si te separas de ella has fracasado. En realidad nada es tan sencillo. Cada uno de nosotros tiene unos rasgos que lo definen a todos los niveles. Atravesando el camino de la aprobación queremos encajar en alguna de esas clasificaciones tan comunes y familiares para todos. La aceptación y el amor de los demás es la motivación última de todas nuestras acciones. De esta forma, en el camino de la vida,probamos las mieles de la popularidad, del amor, de la amistad, de la cercanía con los demás. Pero más pronto o más tarde la misma vida nos trae las hieles del fracaso, del abandono, del rechazo. Queremos ser iguales al modelo estándar para no sufrir pero ...somos tan diferentes a como se supone que deberíamos ser, que como si de una bomba de relojería se tratase, la verdad,lo que en realidad somos, termina por explotar delante de nuestras narices y también, delante de las narices de los demás. Y es que por más que queramos protegernos con formas “políticamente correctas”, no hay más leña que la que arde y cada uno es cómo es, con sus anhelos, con sus luchas, con sus miedos, con sus aristas y sus recovecos. No podremos ser plenamente felices hasta que nos mostremos como en realidad somos y aprendamos a amarnos como tales y aceptemos que no ser como nos han dicho que deberíamos ser lejos de ser una tragedia , es una suerte de liberación que con toda probabilidad nos acerque ciertamente a nuestra auténtica felicidad.

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