viernes, 13 de septiembre de 2024

Cuando uno viaja

Cuando uno hace un viaje va al encuentro del descubrimiento de nuevos lugares, de nuevas experiencias, del conocimiento de otras culturas, de otras formas de ver la vida, de vivir, de otros climas, de otros paisajes. Y así es. Todo eso ocurre. Ocurre el encuentro con nuevos paisajes, con nuevas personas, compañeros de viaje o personas con las que interaccionas en el trayecto o en el lugar de destino, con nuevas culturas, con nuevas formas de ver la vida y de vivir.

Pero ante todo cuando uno viaja, va al encuentro del conocimiento de uno mismo. Al enfrentarse a distintas situaciones y observar cómo reacciona ante las mismas. Por eso viajar amplia horizontes; amplia horizontes externos en cuanto al conocimiento de otros lugares y de otras personas, y horizontes internos, en cuanto a cómo nos lleva a profundizar en el conocimiento de uno mismo.

También si uno observa a sus compañeros de viaje puede hacer un estudio sociológico de las distintas maneras de ser y de afrontar la vida. De cómo cada uno, tiene unas concepciones propias aun procediendo de un mismo país, de un mismo lugar de origen, que condiciona su comportamiento y configura su personalidad.

Viajar es una forma de recordar quiénes somos y de aumentar nuestras habilidades sociales e internas. Ganamos seguridad y confianza en nosotros mismos, ya que nos damos cuenta de que somos capaces de hacer cosas que pensábamos que no seríamos capaces de hacer.

Tener nuevas experiencias, siempre es enriquecedor, es un reto que culmina en la realización de las mismas. Es un subidón de dopamina que solamente aparece cuando se tiene por primera vez una experiencia determinada y que luego cuando esta se repite ya no vuelve a aparecer.

Por eso si quieres conocerte más, si quieres acercarte más a ti mismo, a ti misma y ser más consciente de quién eres, te recomiendo que viajes, a ser posible solo. Porque de esta forma serás consciente de hasta qué punto eres dependiente o independiente, de hasta qué punto eres capaz de funcionar solo o someterte a las reglas de un recién conocido grupo simplemente por el mero hecho de no estar solo.

 Te darás cuenta de que las cosas tienen que suceder, que nada se puede forzar, que cuando se fuerzan uno no está a gusto. De eso te darás cuenta no solo viajando, también en tu vida diaria, allá donde estés. Porque todo debe de fluir y de ser, sin presiones, ni condicionamientos. Solo los mínimos condicionamientos para mantener un orden, para que sea posible un viaje, para que sea posible una jornada laboral, para disfrutar de una convivencia armoniosa, para vivir como una persona más.

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario