Con el
tiempo comprendí que no todos los días son iguales, que al margen de que hubiese
días buenos, malos, regulares, tristes, alegres, felices, desgarradores, cada
día tenía un color distinto.
Hay
días negros, en los que todo se nos hace cuesta arriba, en el que vemos como
difícil e inalcanzable la realización con éxito de cada uno de nuestros
proyectos y ambiciones, que por más que miremos en una dirección u otra todo
nos parece devastador y triste y que por más que observemos desde distintos ángulos
siempre vemos el vaso casi vacío.
Hay
otros días blancos, purificadores, que renuevan nuestras energías e ilusiones,
en las que nuestras fuerzas y capacidades ganan en potencia y diversidad, en
los que la creatividad fluye y la inspiración y las nuevas ideas surgen como
por arte de magia. Son días mágicos.
También
existen los días fucsia, llenos de alegría, de risas, de horizontes abiertos,
de positividad, de apertura de caminos y de comunicaciones variadas.
Otras
jornadas se visten de verde: llenan nuestros corazones de renovada esperanza,
de tranquilidad y de paz, de la alta energía que impera en la naturaleza en la
que este color es predominante.
Además,
están los días rosa, repletos de promesas de amor, de amistad, de cariño y
afecto, de comprensión, de bienestar, de despreocupación.
Existen
los días rojos, dominados por la pasión que arrastra, hacia lo bueno y hacia lo
malo, con una fuerza que arrasa, que abrasa, que todo lo puede.
Los
días azules son días tranquilos, llenos de equilibrio y de una cierta
introspección. Días llenos de calma y reflexión.
Los
días naranja nos impulsan a la acción, a la consecución de objetivos y de
fines, desde la comprensión de cuál es la acción correcta y de cómo llevarla a
cabo. Nos empujan a la realización y al éxito.
Y por
último existen los días morados, de tonos malvas. Son días espirituales, de
reencuentro con nosotros mismos, en el que nos abrazamos y nos reconocemos en
cada una de nuestras facetas y en nuestra esencia más profunda. Buscamos
nuestro propósito, el sentido de nuestro paso por esta vida.
Y tú
te has planteado ¿de qué color es tu día hoy?
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