martes, 7 de abril de 2015

Mi vida es un infierno

Cuando cruzamos la estrecha línea que existe entre disfrutar de las cosas y ser prisioneros de ellas, ha llegado el momento de buscar alternativas. Si esa relación ya no nos hace feliz, si ese trabajo en el que antes disfrutábamos se ha convertido en una cárcel en la que pasar nuestras horas muertas, ha llegado el momento propicio para abandonar aquello que nos hace daño. Y no por egoísmo sino por amor a uno mismo. No existe relación afectiva o familiar o trabajo lo suficientemente bien retribuido como para hacernos perder nuestra libertad y nuestra ilusión por la vida, para acabar con nuestro bienestar y nuestra felicidad. Un cambio a tiempo es siempre una victoria.

No hay comentarios:

Publicar un comentario